lunes, 19 de enero de 2015

Lewandowski pudo con James Rodríguez

Siempre que una gran prueba por etapas anuncia los equipos invitados para su carrera, aparecen los mensajes de satisfacción y agradecimiento entre los equipos agraciados con una de las escasas plazas libres. Por supuesto, la alegría se limita a aquellos que reciben una de esas pocas invitaciones. Al resto, dolidos, les toca bajar la cabeza y confiar en el trabajo de todo un año como método a largo plazo para abrir esa puerta que le acaban de cerrar.

Partiendo de que cada organización puede otorgar sus invitaciones basándose en los parámetros que le vengan en gana, lo cierto es que los salvoconductos para la edición 2015 del Giro de Italia han resultado tarea casi imposible para la mayoría de equipos de la categoría Profesional-Continental... a menos que ostentasen licencia italiana. 

Mauro Vegni, director de la prueba, ya había confirmado semanas atrás que los cuatro conjuntos transalpinos de la segunda división ciclista recibirían una de las cinco plazas de libre elección: Androni Giocattoli, Bardiani CSF, Nippo-Vini Fantini y Southeast. Por lo tanto, a pesar de que la reducción del World Tour permitía a los organizadores contar con una invitación extra, el margen de maniobra se reducía a esa única plaza. Un premio con muchos pretendientes que ha acabado por llevarse CCC Sprandi Polkowice, el conjunto polaco de Davide Rebellin o Stefan Schumacher.

Uno de los principales cambios en la política de RCS Sport tras la salida de Acquarone y el nombramiento en su puesto de Mauro Vegni fue un vuelco de prioridades. Con el primero, primaban los intereses comerciales y estratégicos en el extranjero, apoyando siempre a los proyectos nacionales; con Vegni, se mantienen los factores pero se altera su orden: apuesta rotunda por los equipos de bandera italiana, tratando de conectar en la medida de lo posible con nuevos e interesantes mercados extranjeros.

Y los beneficiados de esta fórmula han sido los pupilos de Piotr Wadecki, que devolverán al ciclismo polaco a una gran ronda por etapas más de una década después. Sí. CCC Sprandi Polkowice no será el primer equipo de esta nacionalidad en participar en el Giro de Italia. Esta misma estructura tomó la salida en la edición 2003 de la ronda italiana, con un decimosegundo lugar en la general con sello y firma de Dariusz Baranowski y el cuarto puesto de Pavel Tonkov en Terminillo. Aunque no haya cambiado de patrocinador y mantenga su tradicional color naranja, se trata de una estructura remozada de arriba a abajo, con un cuerpo técnico diferente y con objetivos que poco tienen que ver con los de entonces. Como curiosidad, Tomasz Brozyna formaba parte del nueve de CCC de aquel Giro. Hoy, el ex corredor de Banesto entre otros, ocupa el cargo de director deportivo. El trabajo de dar pedales recaerá en su hijo Piotr, que debuta este año como profesional en el equipo de referencia para los jóvenes de su país.

A pesar de que la estructura cuenta con una media docena de promesas nacionales como Kaczmarek, Paluta, Laton o el propio Brozyna, la responsabilidad de destacar en el Giro recaerá en sus veteranos: en los Rebellin, Schumacher, Samoilau, Szmyd, Paterski, Rutkiewicz o Bole. Un equipo de garantías que a buen seguro estará a la altura del nivel deportivo de la carrera. Se podría discutir si Colombia o United Healthcare mejoran o no a los polacos pero los sudamericanos ya han dispuesto de dos oportunidades para demostrar su valía en el Giro. Dos años con más oscuros que claros, sin victorias y con destellos de Fabio Duarte que no han valido para sumar la tercera edición consecutiva. Quizá la solución esté en España.

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